*Sujeto a Spoiler
Prem Dayal, Italiano de nacimiento
maestro de meditación y terapeuta. Empezó explicando que lo que creía iba a ser
un libro de chistes terminó siendo el presente ¡Me Vale Madres!
Decidí comprar el reloaded (de
portada azul) precisamente por ser la segunda edición y por lo tanto mejorada.
A diferencia de los libros
anteriores a este, iniciaré por lo que yo creo es el punto de la obra, pues
habla que desde pequeños estamos expuestos a las programaciones y las reglas hechas en el ambiente por el que
estamos rodeados. Es decir, que nuestros pensamientos y formas de actuar
dependen en mayor medida de los padres, la religión y la cultura en la que
vivimos y así, toda la información que procesamos la vamos desarrollando de tal
manera que empezamos a SER lo que la sociedad espera, y nosotros mismos nos vamos dejando a un lado para satisfacer a los demás. Entonces, ¿En dónde quedan los derechos, por decirlo así, a ser lo que queramos y no lo que alguien quiere que sea o lo que la sociedad nos forje a ser? y creo aquí entra lo de ''Pregúntale a un niño'', si quieres una respuesta sincera, cuestionasela a un niño y él/ella te responderá con la verdad, (porque aún no están de lleno influenciados por el ambiente social), ellos no se sienten mal ni culpables por decir la verdad.
También habla Dayal que todos hablan de paz pero muchos hacen la guerra, que somos victimas de nuestra propia mente, decidir lo que queramos lograr, que la disciplina impuesta por alguien más nos hace esclavos, la disciplina impuesta por uno mismo nos hace libres, que si queremos cambiar, empezar por uno mismo es lo mejor, pues si empiezo yo el mundo lo hace por automático, si yo me pongo los lentes rosas, el mundo se vuelve rosa.
Así comenta muchas cosas que son muy chidas (a su manera) a veces (a veces) divertidas, y después de todo un rollo, al final habla de los mantas mexicanos:
ME VALE MADRES, el mantra del desapego, A LA CHINGADA, el matra de la purificación, A HUEVO, el mantra del poder, y NO ES MI PEDO, el mantra de la desidentificación,
Lo que puedo decir es que dudé en algunas cosas, incluso en ocasiones pensé que el mantra estaba fuera de lugar, que en la mitad del libro me cuestionaba ¿y esto para qué?, en mi opinión el libro pudo ser suficiente con 200 páginas que con las 389 que lo constituye,
Sin exagerar, fue hasta la página 129 que apenas empezó a llamar mi atención, con sus altibajos después.
En conclusión, el libro esta pasable, padre, pero no lo suficiente (para mi), un poco más que los mantras, se me hizo mejor algunos comentarios, no todos, dignos de un terapeuta, pero como dice Prem Dayal, A la chingada, que te valga madres, no es tu pedo! jajaja.
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